Aun recuerdo los momentos en lo que lo
único que podíamos hacer era estar juntos, pero poco a poco el tiempo se
encargó de separar nuestros destinos. Crecí y creciste, tomamos decisiones
distintas. El tiempo transcurrió si en que nos viéramos frente a frente ni una
sola vez. Ahora te veo pasar por la calle y lo único que sucede entre nosotros
es un simple cruce de miradas. Me vez y te veo. Y todo se queda en aquello,
pues tu ya no estás y yo ya no existo. Solamente somos un cruce de miradas
entre universos paralelos; universos que creyeron haberse cruzado pero jamás lo
hicieron.
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